Los Negros Solitarios |
En esos días también visitamos al embajador canadiense Joe Allan. Nos ofreció una recepción en su hermoso jardín y pudimos charlar con él. Un hombre super campechano y amable, al igual que su esposa Clare. También estaban allí agregados de la embajada y creo que jamás me podré olvidar de uno de ellos, un hombre llamado Simon que era muy agradable. Todos los becarios llevábamos una identificación con el nombre y el lugar al que íbamos: Simon, al ver que yo iba a Cape Breton, me dijo que en la isla había más “mooses” (alces) que personas. Sabía que Canadá estaba poco poblada pero a tanto no llegué. A otro Spanadian que venía de la Rioja e iba a Annapolis Valley, le dijo que ese lugar se dedicaba a la producción vinícola. Grandes casualidades. A todos ellos les deseo lo mejor en esta aventura que empezamos y en la que cada uno dará lo mejor de sí mismo, aprenderá y sobre todo crecerá como persona.
El 27 de agosto volamos desde Barajas a Toronto. El vuelo
duró como ocho horas y media, pero no se me hizo muy pesado. Jamás había estado
en un avión tan sumamente lujoso, o por lo menos para mi. El hecho de ver una
película en el respaldo de un asiento me sorprendió como un niño lo haría al
descubrir algo nuevo. Creo que jamás perderé eso, el ilusionarme y dejarme por
la cosas con la inocencia de un niño. La variedad de películas era amplísima,
desde "Mamma Mia" (la cual vi) hasta "Volver". Imaginad a un canadiense intentando
ver "Volver", sería súper gracioso.
Llegamos a Toronto, al International Pearson
Airport y tuvimos que pasar la aduana. En realidad me esperaba la típica escena
en la que dos policías 4x4 te preguntaban cosas como si quería matar al
presidente de USA, pero en realidad fue un proceso de lo más normal. Nos preguntaron de dónde veníamos, adonde íbamos, qué íbamos a hacer...todo muy común, pero eso sí. Los policías 4x4 allí estaban. Desde allí
tuvimos un vuelo de conexión con Halifax, que duró como dos horas y pico. Al
llegar allí, algunas familias ya recogieron a sus alumnos y me pareció todo súper
tierno. A mí y a otro dos compañeros nos recogieron con cárteles y me hizo
muchísima ilusión. De allí fuimos a un súper hotel de lujo a Halifax.
Al día
siguiente Sergio (dejalanievecaer.blogspot.com otro Spanadian de Cape Breton) y yo tomamos un shuttle.
El “shuttle” me recordó vagamente a las furgonetas que se usan para vender
fruta en los mercadillos, pero estaba bastante bien apañada. En el viaje ya empecé a darme cuenta de que Simon, el agregado, se había equivocado. En Canadá hay más "Tim Hortons" (algo así como Starbucks) que canadienses y los parajes me parecían de película.
Sergio y yo en el Shuttle |
Hasta aquí mi
“vida como española”. Ahora estoy recorriendo diversos sitios de Cape Breton y
empezando a ser una verdadera Spanadian, integrándome en mi nuevo país de
acogida: Canadá, pero pronto postearé sobre mis primeras impresiones y sobre la
semana que estoy pasando en Long Island, NS. Hasta entonces, me despido de
vosotros! Un besazo enorme, empecemos a escribir negro sobre blanco.
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